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Archive for abril 2011

Industrias Culturales

Del 2 al 5 de junio de 2011 tendrá lugar el MICA (Mercado de Industrias Culturales Argentinas): un espacio donde productores y artistas podrán encontrarse con las principales empresas de industrias culturales del mundo y abrir oportunidades de negocios a través de rondas empresarias, conferencias, seminarios.

Van a pasar muchas cosas en el MICA. Acá abajo, algunas : 

  • Peter Greenaway  y una conferencia magistral sobre cine. +
  • Debate sobre derechos de autor +
  • Representantes editoriales internacionales +
  • El director de cine Fernando Trueba (haciendo no se sabe bien qué)
  • Muestras de música en vivo +
  • Espacio destinado a proyectos culturales de base social 

Acreditaciones acá
MICA en Facebook

NOTA
Eso sí, si creías que la política y el oficialismo vs.  anti-oficialismo iba a quedar de lado, no way. En palabras de la ministra de Industria Débora Giorgi:

La oposición busca que nos volvamos a endeudar, sus propuestas tienen que ver con desfinanciar el Estado, que volvamos a tener desequilibrio externo, y así generar más dependencia, mientras que el modelo que eligió el país en el 2003, puso en valor muchas de las cuestiones que tienen que ver con nuestra cultura nacional frente al mundo, lo que hicimos fue recuperar la identidad nacional y saber que podemos ser independientes revalorizando la cultura de todos los argentinos.

See you there!

Sad sad sad (neverending story)

De giles, cucarachas, y lámparas de bajo consumo

Fragmentos de Oda a un gil (un poema de amor) de Pablo Ramos

a vos
que casi nunca encerás el bastón
y que no te importa el precio
que cueste
la entrada al agujero tibio
de cualquier mujer,
un poco más bella
que las dudosamente dulces
prostitutas
de todos los días de tu vida

porque no hay luz en la mediocridad
no hay luz en los que están hechos con
lámparas
de bajo consumo

y fue bueno arrasarte
en las letras y en la cama (en la cama fue
lo mejor)

Termino de publicar esto, navego por el site de página 12, sumplemento Las 12  y leo esto.

Categorías: Reseñas / Comentarios

A ver si viene del cielo una enfermera del amor

Andrea se viste y Andrés disfruta.

En Miércoles de Striptease, crónica de Andrés Delgado publicada en la revista Replicante -ideas para un país en ruinas- el autor se pregunta ¿Por qué vamos donde las putas? No sé si la pregunta es muy original y no todas las respuestas que ensaya me parecen acertadas, sin embargo construye un relato inteligente y atractivo, que en pocos renglones logra abarcar algunos de los grandes temas que nos desvelan.

Es miércoles y el autor desciende al submundo en que las muchachas ofrecen su amor a cambio de dinero, para meterse en la piel del personaje-consumidor de sexo pago tratando de encontrar su respuesta. Sin embargo termina descubriendo que le resulta más sensual el espectáculo privado que le ofrece Andrea (la chica de alquiler) una vez que vuelve a ponerse la ropa.

¿Acaso no es más íntimo, más privado, el acto de vestirse que el de des-vestirse? Cuando nos vestimos damos saltitos ridículos intentando embocar nuestra pierna en la del pantalón, perdemos el equilibrio, nos contorsionamos para abrochar el corpiño.  Cuando nos vestimos puede pasar que una etiqueta quede para afuera, que la bombacha esté al revés, que una media pertenezca a un par distinto que la otra. Porque no hay ensayo en el vestirse, no hay un ritual aprendido que repetir. Desvestirse se practica, se enseña -hasta hay profesoras en la materia- en cambio  vestirse es siempre un acto espontáneo, transparente, sin máscaras, sin poses, sin prueba y error.  Vestirse no es erótico -o por lo menos no intenta serlo-  y es en esa frescura, en esa espontaneidad, que Andrés encuentra la seducción.

Leer Miércoles de Striptease

Lluvia


La calle, el sol, el qué diran, las miradas. Una rubia que se acomoda un mechón de pelo, un tipo de unos cuarenta que se toca el nudo de la corbata.  Yo me miro en una vidriera-espejo. El orden es perfecto, todo gira sobre ruedas, todo es de cartón. Nos miramos de reojo, desconfiados, apretando las carteras contra nuestros cuerpos. Las que llevan zapatos con taco aguja no pueden caminar y hablar al mismo tiempo.  Los rayos del sol hacen que la escena sea hiperrealista. Camino y cuento las baldosas, no pisar las juntas que las dividen/unen, eso es lo importante. Un, dos, un, dos, un, dos. Los Ray-Ban de un adolescente tardío que todavía tiene marcas de acné y cree que así va a ser menos loser.

Hasta que se escucha un trueno y el primer tic, tic. Se me mojan las pestañas.  Todo se arruina, se despeina, se arruga. Un saco cubierto con bolsa de 5’a sec. Un charco sucio que te moja los zapatos de gamuza. Que qué bajón cómo se largó, que mirá mi pelo recién salido de la peluquería, que abro el paraguas y se lo clavo a alguien en el ojo derecho.

Estamos todos mojados, sucios, con gotas en la frente y la botamanga hecha un enchastre. De algún modo somos socios, aliados.  Se relaja mi mandíbula . El olor a lluvia me tranquiliza. En el  152  todo es humedad, la gente se te pega, hay olor a rancio. Los paraguas que gotean y forman charcos, que vas a pisar cuando te  bajes o cuando le des el asiento a algún mojado más debil que vos.

Deja de llover de golpe.

Sale el sol, arco iris y todo vuelve a ser como era. Una lástima.

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